martes, 15 de enero de 2013

Un asedio inesperado y el ibuprofeno terminado


Paula aún no se creía que iban a tener que quedarse en su casa. Los chicos les habían advertido que si no la prensa las acribillaría, mientras Marta no paraba de quejarse de su dolor de cabeza Marie estaba saliendo de sus casillas. Valeria ayudaba a Niall a preparar el desayuno, eran las 12 del mediodía, y hacía poco más de una hora que estaban despiertos. Liam les había prometido contarles que había pasado realmente ayer de noche una vez comieran algo. Zayn seguía mirando por la ventana y encadenando un cigarrillo tras otro, se notaba que estaba bastante nervioso. Harry paseaba también intranquilo, de vez en cuando echaba una mirada discreta al sofá donde Marie hablaba animadamente con Carla y Louis. Paula echaba miradas a la cocina y a la ventana en busca de una mirada que les dijera que ya podían irse. Liam buscaba una pastilla para el dolor de Marta, o simplemento algo que la callase antes de que Marie se levantara, cruzara la habitación y le soltase un bofetón, porque Marie paciencia tenía más bien poca.
Valeria entró para avisarles de que el desayuno estaba preparado y huyeron todos en dirección a la cocina, que era incluso más grande que la de la tía de Marie. Se colocaron alrededor y empezaron a comer. Picaron a la puerta unas tres o cuatro veces.
-No os preocupéis.- Dijo Louis mirando la expresión de las chicas.- Solo quieren una foto, pero yo no estoy nada fotogénico esta mañana.
Mientras Liam estaba masticando un trozo de unas deliciosas tortitas Harry le dijo algo al oído e hizo que se atrgantara. Empezó a toser fuertemente y cuando consiguió recuperarse exclamó:
-¡NO, HAROLD NO! ¿CÚANTAS VECES TENGO QUE DECÍRTELO?
El pequeño pareció decepcionado, y Marta se preguntó que le habría dicho, pero no le dio más importancia. Cuando volvieron al salón Zayn comentó:
-Bueno, nos quedamos en las doce de la noche hasta donde se acuerda Marie, y ¿qué más?
-Pues después de que se quemara el brazo con el aceite, hicimos una ronda de preguntas, y luego eligió prueba. Y Tommo como es un capullo le hizo darle sus pantalones a Harry.
-Ah bueno, eso me deja algo más tranquila- exclamó la chica- pero ¿qué pasa que lo jodido solo lo paso yo?
-No- siguió el más sensato de los chicos- Zayn tuvo que subir las escaleras con los pies como un pingüino. Y eso fue obra de Paula.
-Paula que claramente estaba bajo los efectos del vodka que Niall me había obligado a beber- se defendió ella.
Volvieron a reír y Marta se volvió a quejar de que le dolía la cabeza. Marie resopló, la estaba toreando más de lo que debería. Pero a los chicos se les había acabado el ibuprofeno y como no podían salir de casa, aquello iba a acabar mal.
-Marta; de verdad, no creo que te duela mucho la cabeza si no paras de quejarte de una vez- soltó Valeria- es que a mí también me duele. Yo también me pasé.
-Bueno calma señoritas- intentó apaciguar Louis- no hace falta que os peleéis hay Louis Tomlinson de sobra para todas.
Niall le miró de reojo, lo cierto es que el ambiente no estaba para hacer bromas del tipo de las suyas. Harry sugirió jugar a algo para pasar el rato. Le fulminaron con la mirada.
-Vale, a prueba o verdad no. ¿Qué queréis entonces?- volvió a decir.
-Sois famosos, ganáis millones- dijo Carla- ¿no os da para poner una puerta trasera al jardín o algo así?
-Lo cierto es que no- dijo Zayn encendiendo otro cigarro- ¿contamos chistes?
-Marie tiene el humor en el culo- gruñó Louis.- Lo descubrí esta mañana.
-Gracias- ironizó ella.
Marta se estaba poniendo nerviosa, entre el martilleo de su cabeza, el retso hablando, y los periodistas ahí fuera creyó que se volvería loca. ¿No se iban a ir nunca?
-La última vez poco después de comer ya se fueron- soltó Liam como leyéndole la mente- si que deben estar desesperados por una exclusiva.
-Aclaradme una cosa- pidió Paula- ¿hoy es domingo no?
Los chicos asintieron y ella se maldijo en su interior, ni siquiera podía salir de compras. No iba a quedarse en casa toda la santa tarde. Llevaba la mañana encerrada y a contra de su voluntad. Estiró las piernas en el sofá y cerró los ojos tratando de dormir un rato. Unos minutos después se oyó como una voz grave les gritaba  a los periodistas que se largaran de una vez y acto seguido la puerta se abrió.
-Chicos- volvió a decir la voz- ¿quiénes son…?
-¡PAUL!- exclamaron los cinco al unísono.
-Eres nuestra salvación- comentó Niall por separado- Verás ellas son nuestra nuevas vecinas y ayer se durmieron aquí sin querer, y ahora no podían salir porque nos estaban acosando…
Valeria abrió mucho los ojos, el guardaespaldas de los chicos no era tal y como se lo había imaginado pero era un hombre capaz de imponer respeto. Se acercó a la ventana y comprobó que ya no había rastro de cámaras ni periodistas. Se volvió al resto. A tiempo para ver como Louis abrazaba al hombre diciendo.
-Paul cariño, cuanto te he echado de menos.
Marta ahogó una risita, el mayor de los chicos se abrazaba más fuerte al hombre mientras él intentaba zafarse de su agarre. Harry abrió la boca para preguntar algo, la cerró de nuevo y la volvió a abrir pensativo.
-Lo que tengas que decir dilo ya- soltó Liam mirándolo.
-Es que…- dijo el rizoso- ¿de quién es la habitación que da a nuestra casa?
-De Marie- contestó Marta.
La aludida levantó la vista y Harry hizo señas con la mano quitándole importancia a la pregunta.
-Yo, lo cierto es que ya es hora de que nos vayamos- dijo Carla levantándose.
-Oye- chilló Zayn- ¿Qué hacéis esta tarde?-Se miraron unas a otras y Carla se encogió de hombros. - ¿Y si damos un paseo y os enseñamos la ciudad?
-Me parece una idea estupenda- respondió Paula- pero ¿nos dais una hora para cambiarnos de ropa?- continuó con una sonrisa.
Los chicos asintieron y las mandaron estar allí a las 5 en punto. Paula no terminaba de entenderlo, acababan de llegar a Londres ayer mismo, sus vecinos eran sus ídolos, se quedaban a dormir en su casa, tenían que esperar que un grupo de periodistas dejaran de acosarles, y ahora ¿ellos les iban a enseñar la ciudad? Definitivamente tenía que ser un sueño. 

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