domingo, 20 de enero de 2013

El señor Styles ahora es espía


Valeria seguía preguntándose por qué narices Harry no se había apartado de la ventana en todo el tiempo que ella llevaba en la habitación; parecía nervioso y agitado. Siguió esperando, era evidente que el termómetro inglés tardaba más que el español. Mari se había puesto enferma, como ella era más chula que nadie había ido en shorts y luego pasó lo que pasó, que pilló un catarro padre. La más pequeña volvió a estornudar, el aparato pitó porque la chica se había vuelto a mover. Valeria suspiró y decidió sin más que Marie tenía fiebre.
Harry paseaba por la habitación; ¿por qué estaba Valeria en el cuarto de Marie? ¿Estaría enferma? ¿Debía ir a preguntar? Se sentó en la cama y volvió a mirar, nada, allí seguían ambas chicas. Tomó una decisión, se puso la chaqueta y se apresuró a salir de la habitación. Bajó las escaleras e irrumpió en la cocina; Niall estaba comiendo (para variar) y Liam fregaba los cacharros. Louis estaba en el salón y Zayn fumaba un cigarrillo.
-¿Dónde vas con tanta prisa y tan temprano Harry?- preguntó el mayor de los chicos observándole.
-Por favor Louis- rió Niall- Paula me dijo esta mañana que Marie estaba enferma, es obvio que Hazza va a cuidarla.
El pequeño se sonrojó, cómo había descubierto el irlandés que iba a casa de las chicas.
-Pues si pretendes ir a casa de las vecinas procura no ir en zapatillas- observó Liam.- Ahora tiene complejo Marie, ella perdía los shorts y él los zapatos.
-Bueno ya valió de reírse de mi ¿no?- gritó enfadado el rizoso. Se puso unos playeros y luego salió dando un portazo.
-Os habéis pasado- dijo Zayn apurando su cigarrillo.- Yo solo digo eso.
Carla se estaba desesperando, de verás era difícil encontrar un supermercado en Londres, ya le había quedado claro que no iba a tener un Mercadona, ni un Alimerka, pero a lo mejor un Eroski…
-Nada en la calle de atrás- volvió a decirle a Paula, que no paraba de mirar su IPhone y de reír.- Vale ahora en serio ¿con quién hablas?
La mediana volvió a apartar el teléfono, estaba claro que ocultaba algo. La mayor suspiró y siguió mirando a los lados. ¿Dónde narices se había metido Marta?
-Eh, Carla, Marta dice que tiene un súper dos calles más adelante- chilló Paula.
Emprendieron el camino, por fin habían encontrado un lugar donde comprar, Valeria no sabía qué suerte tenía, esto no era mejor que quedarse en casa cuidando de Marie, a ella no la engañaban.
Niall esperaba pacientemente que Paula contestase al teléfono, técnicamente le había hecho chantaje para que le diera su móvil y una cita; a cambio la chica conseguiría saber que había pasado el sábado. El rubio oyó vibrar su móvil y volvió a sonreír: “¿Mañana?” Escribió, la chica contestó con una carita sonriente y una afirmación. Recogió la cocina y salió a dar una vuelta, o más bien a buscar a Harry.
Marie se sentía impotente, con Valeria observándola todo el rato no podía llamar al número de teléfono, aún guardaba el papelito en el bolsillo de su pijama. Su móvil estaba en la mesita, esperando a ser usado. Suspiró, odiaba estar enferma y encima tener a su amiga trajinando por su cuarto, tratando de colocar cosas que ya estaban colocadas.
-Valeria, lárgate- dijo ella- lo estás deseando venga fuera.
La echó casi a patadas y una vez la otra chica hubo cerrado la puerta Marie se volvió a meter en su cama, tenía mucho frío, cogió el número y llamó…
Marta caminaba por los pasillos de supermercado atónita, era increíble la de cosas que había en aquella tienda y parecía tan pequeña. Aún no controlaban bien cuantas libras había aproximadamente en un euro pero ella creía que las cosas eran más caras en Londres. Dejó atrás el pasillo de las bebidas y se adentró con Paula y Carla en la sección de la panadería.  Particularmente llevaban una ajetreada discusión sobre que pan llevarse, normalmente la que compraba el pan era la pequeña y ella estaba enferma. Paula anunció que iba a ir a por pasta y Carla y Marta siguieron mirando el expositor.
Louis miraba la tele con gesto despreocupado, sonreía, como siempre pero en su interior una voz le decía que tenía que ir a buscar a Harry; el pequeño se había ido sin decir a donde y de eso hacía más de una hora. Estaba preocupado, aunque solo un poco. Había llamado a Valeria y ella estaba segura de que Harry no estaba en su casa, pero mencionó que Marie llevaba una mañana muy tensa, y que la había echado de su habitación, como si ocultara algo que ella no podía saber. Se acomodó otra vez, y cambió de canal; un documental de animales, una serie de dibujos animados, las noticias, una película repetida, la emisión del partido de fútbol de la liga inglesa. Nada decente según su estilo. Apagó el aparato y sacó su teléfono. Vacío de llamadas, eso sí, tenía el Twitter petado de menciones pidiendo que le siguieran. Sin ánimo ninguno anunció que iba a hacer una Twitcam, a lo mejor eso cambiaba su humor. Más tweets revolucionarios.
Harry volvía del centro de Londres con una bolsa en la mano, más o menos las chica tenía que llevar esa talla por narices, no era demasiado fuerte, siguió caminando mientras pensaba seriamente en lo que le habían dicho los chicos. Era evidente que se habían dado cuenta de que quería a Marie, al menos estaba claro para ellos. Harry también lo tenía claro, pero no sabía qué pensaría ella. Desde un principio ellas habían dejado claro que eran fans del grupo, y por supuesto que le gustaría salir con ellos. El miedo que tenía el rizoso era que ellas simplemente salieran con ellos para aprovechar su fama, no creía que las españolas fueran capaces de eso pero con el tiempo había aprendido a no estar seguro de nada. Su móvil sonó, y miró la pantalla descuidadamente. Un número que no reconocía, ¿podría ser ella?
-Hola- saludó tímidamente Marie al otro lado de la línea- ¿con quién hablo?
-Pensé que no ibas a llamar nunca- rió él.
¿Harry? Marie no se lo podía creer, Harry Styles, el mismísimo Harry Styles había montado todo ese rollo para conseguir su número. Imposible, que va, estaba soñando, eran alucinaciones por la fiebre. Apenas habló con él diez minutos y su expresión había cambiado por completo. Una sonrisa cruzaba ahora su rostro. Valeria abrió la puerta de pronto.
-¿Estás mejor?- preguntó su amiga, ella asintió.- Verás, acaba de llamarme Louis, no sé como decírtelo, hace apenas una hora Harry se largó de casa y Liam pensaba que quizás tú supieras algo.
-No- mintió ella, a fin de cuentas no se veía capaz de contarle a Valeria lo de la nota.- Nada desde ayer.
Paula buscaba algún tipo de pasta diferente para probarla, iba distraída mirando las estanterías cuando se chocó con alguien.
-Perdona- dijo ella- iba pensando… ¿Niall?
-Hola- exclamó el irlandés- ¡Qué sorpresa verte por aquí!
Paula puso los ojos en blanco, él y su felicidad constante, esos eran los factores que la hacían pensar en el chico constantemente.
-Entonces, se supone que mañana tenemos una cita ¿no?- preguntó inocentemente él. 

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