lunes, 14 de enero de 2013

Sábado; día oficial del desmadre padre


Marie abrió los ojos desorientada y con dolor de cabeza; ¿dónde estaba? Aquel no era el sofá de su casa, ni el de la mansión. La habitación tenía un color naranja suave, ¿qué hacía allí? Se giró y vio a Valeria en el sofá de enfrente y trató de incorporarse. Cuando posó el pie lo hizo sobre algo blando y pegó un chillido al mismo tiempo que alguien exclamaba:
-¿Por qué cojones me pisas Marie?- preguntó Louis.
-No gritéis por favor- murmuró Carla saliendo de detrás del sofá.
-¿Qué está pasando?- se intrigó Zayn desde la barandilla del segundo piso
“Ahora todo cuadra” pensó Paula “Está claro que llevamos encima una resaca de aúpa y que nos quedamos en casa de los chicos”  ¿Pero cómo? Lo último que recordaba era haber entrado en la mansión de al lado con intención de cenar no de emborracharse.
Marta salió de la bañera, era evidente que no estaba en sus plenas facultades, a duras penas se tambaleó e intentó bajar por la escalera, terminó sentada en uno de los escalones con la cabeza entre las piernas y una jaqueca enorme.
Se abrió la puerta de una de las habitaciones y Harry irrumpió en el salón con unos shorts blancos en la mano.
-¿Niall cariño son tuyos?- preguntó con voz angelical.
-No; probablemente sean de Marie.
“¿Míos?” pensó Marie, se miró las piernas y descubrió que en efecto no llevaba pantalones, se sonrojó.
-Pues sí- contestó la aludida- son míos y no tengo ni idea de por qué los tienes.
-¿Qué recordáis?- se interesó Liam desde la cocina.
Carla intentó pensar, haber habían llegado a la casa, cenaron y después nada, todo borroso. Miró en dirección a Valeria que también estaba pensativa y que aún seguía tumbada en el sofá. Sí que debían haberse pasado con el alcohol.
-Por curiosidad- dijo Harry- ¿no seréis menores no?
Los chicos las miraron con los ojos desorbitados, era evidente que ni siquiera les habían preguntado, que les habían dado alcohol y que no sabían su edad. Marie les tranquilizó.
-Yo soy la más pequeña- explicó.- Tengo 18 y cumplo 19 en noviembre, así que legalmente podemos emborracharnos porque somos mayores de edad.- Luego se adelantó para quitarle los pantalones a Harry y terminaron corriendo por la casa.
Valeria estaba tratando de recordar también. Cenaron algo que sabía muy bien, algo así como una tortilla que trataba de imitar a la española, y luego fueron al salón estaban riéndose de un chiste que había contado Louis. Ella no lo entendió muy bien pero la risa de los chicos era contagiosa y Marie se estaba riendo como una loca. Se había tirado en uno de los sofás, justo al lado de Niall y del reposabrazos de la izquierda. Y Zayn había llegado con bebidas. Tequila del bueno, vodka y cervezas. Al menos eso recordaba ella, luego se lo confirmaría Marie que era la que más aguantaba con conciencia, pero la miró; se masajeaba las sienes en un intento de aniquilar el dolor. Y después de tomar la segunda copa ya nada más.
-Yo no me acuerdo de mucho- comenzó Marta- todo se nubla justo después de llegar al salón. Y luego esta mañana desperté en la bañera y ni siquiera sé cómo.
Esta afirmación la secundó Carla. Pero los recuerdos de Paula iban un poco más allá, casi empatados con los de Valeria y llegaban hasta cuando habían empezado a jugar a una especie de “Prueba y verdad” donde si fallabas tenías que beber lo que decidieran entre todos.  Paula se acoraba de haber tenido que tomarse una cerveza por no haber querido correr descalza por la calle.
-Y también me acuerdo de que Marie tuvo que tomarse un trago del vodka porque no supo freír un huevo.- prosiguió.
-¿Cómo que no supe freír un huevo? Sé perfectamente- replicó esta mientras seguía intentando quitarle sus pantalones a Harry.
-Es verdad, es verdad- comentó Louis- así fue como se quemó, con el aceite caliente.
Marie se miró el brazo, no había reparado en la gran mancha que cubría parte de su antebrazo; una quemadura. Había visto como su madre se hacía ese tipo de heridas mientras cocinaba, pero ella nunca había tenido ninguna así. Eso explicaba el dolor que tenía en su brazo. Hizo una mueca y le arrancó los pantalones a Harry de un tirón, se los puso de un salto y ocupó un sitio en el sofá al lado de Valeria.
-Yo solo me acuerdo de las cosas hasta las 12; a partir de ahí nada.-  Zayn la miró como si fuera de otro planeta- ¿qué pasa, acaso tú te acuerdas de más?
El único que se acordaba de todo era Liam, poco después de la una de la mañana la mayoría de ellos estaban dormidos y solo quedaban en pie Paula, Niall y él. Y luego se durmió. Zayn se dirigió a la ventana para fumar un cigarrillo.
-Me suena que os vais a tener que quedar un ratito más- comentó mientras observaba casi escondido detrás de la cortina.
-Claro, claro- dijo Harry- los paparazzi debieron descubrir que ayer no salimos y ahora quieren acosarnos.
-¿Cómo que acosaros?- preguntó Paula histéricamente.
A ella no le molaba nada tener que quedarse encerrada en casa de One Direction intentando evitar que un grupo de desesperados fotógrafos y periodistas consiguieran una exclusiva. Pero tampoco le apetecía que hablaran de ellas como las chicas misteriosas que salían de casa de los chicos después de un sábado de desenfreno para tomarse un domingo de ibuprofeno. Así que optaron por quedarse, al fin y al cabo no les quedaba mucho más remedio.
-Oye ¿no tendréis algo para la quemadura?- preguntó Marie inocentemente.- Duele.
-Siento haberte obligado a freír un huevo borracha- se excusó Louis inocentemente.- No sabía que eras tan mala en la cocina.
Y luego estalló en carcajadas, la chica puso los ojos en blanco y acompañó a Liam a la cocina para que le curase el brazo.
-¿Y por qué está toda esa gente ahí fuera?- interrogó Marta.
-Verás, normalmente los sábados nosotros armamos el desmadre padre por las discotecas de Londres- comenzó Niall- pero ayer estuvimos en casa y esos quieren llevar a su revista la mejor exclusiva. Porque la mejor exclusiva significa mayores ventas. La dura vida del famoso.

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