Entraron
en la mansión, apenas hubieron llegado se lanzaron todas a sus habitaciones.
Marie puso música, pero no puso One Direction porque no pretendía parecer una
acosadora loca por sus ídolos. “Don’t
leave me now, don’t say goodbye, don’t turn around…” La canción martilleaba su cabeza,
mientras dejaba que el agua empapase su melena castaña. Se envolvió en una
toalla y volvió a la habitación.
¿Qué
se pone una para salir a conocer Londres con los chicos? Esa pregunta rondaba
la cabeza de Valeria mientras entraba en el vestidor y comenzaba a rebuscar en
su ropa. ¿Vestido? Mejor una falda. ¿Tacones? No gracias, pasaba de terminar
descalza.
-Paula;
¿qué vas a llevar?- le preguntó a la chica cuando entró en la habitación.
-Pues
no tengo ni idea, lo cierto es que no he tenido ocasión de practicar que
ponerte en una situación como esta.
Marta
lo tenía claro, se iba a calcar unos pitillos y aquella camiseta que tanto le
gustaba, revolvió su ropa y sacó el conjunto, no era nada del otro mundo pero a
ella le gustaba como le quedaba. Luego fue a buscar sus zapatos.
“¿Qué
me calzo?” Lloriqueaba Paula en su interior, no se decidía por el calzado, las
bailarinas negras o las Vans. Dios que dura era la moda. Volvió a mirarse al
espejo por decimoctava vez, no podía decidirse. Carla entró en el vestidor y la
miró pensativa.
-Vans-
comentó, mientras Valeria asentía.
Carla
no estaba segura de ir en las condiciones adecuadas para salir con One Direction,
pero nunca se sabía y solo le quedaba media hora, así que no tenía demasiado
tiempo para cambiarse de ropa.
Bajaron
las escaleras casi al mismo tiempo, cada una iba en su particular estilo.
-Mierda-
chilló Marie, mientras veía como empezaba a llover.- Pues no me da tiempo a
cambiarme.
Paula
la miró, la más pequeña llevaba unos shorts negros con una camiseta rosa
fosforito, acompañado por una especie de americana negra. Calzaba unas Vans del
mismo color que la camiseta. Iba a pasar frío, y se iba a mojar, se dijo la
mediana en su interior.
Cogieron
sus paraguas y cada cual pensaba en que harían esta tarde. Valeria flotaba por
el mar de los ojos de Louis, eran más bonitos en persona, más que en foto. Negó
con la cabeza, él nunca se fijaría en ella.
Cuando
salieron, los chicos ya estaban fuera apoyados en dos coches. Se repartieron en
ellos y pusieron rumbo al Hyde Park. Liam enarcó una ceja cuando las vio salir,
apuntó a Marie que se encogió de hombros
y que ya estaba tiritando. Marta entró en el coche con Valeria, Liam, Louis y
Carla. Y el resto se montaron en el otro. Cuando llegaron al parque ya no
llovía.
-Bueno,
este es el Hyde Park, londinense- empezó Niall, mientras caminaban.
Paula
sacó la cámara y empezó a hacerle fotos a todo. Carla dándole de comer a una
paloma mientras Louis gritaba “KEVIN”; Liam enseñándole a Valeria una planta;
Paula rebuscando la cartera en su bolso para comprarse un helado mientras que
Zayn encendía un cigarrillo (foto hecha por Niall), Marie gritándole a Harry que
dejase de llamar a los patos mientras Marta se reía como una loca.
Alrededor
de las seis y media se sentaron en la hierba, Louis estaba hablando con Valeria
y Marie sobre España, ellas le contaban algunas cosas sobre la historia de su
país y él las escuchaba fascinado. Niall estaba haciendo la croqueta por el
parque mientras Paula se reía de unos chistes que Zayn le estaba contando. Liam
mantenía una animada conversación con Marta, Carla y Harry. El pequeño estaba
apoyado en un árbol.
-Yo
tengo ganas de ir a un Starbucks- lloriqueó Paula.
-Sera
hipster la Paula…- le gritó Valeria.- ¿Dónde queda el Starbucks más cercano?
Más que nada para que se calle.
-Creo
que queda en Notting Hill- dijo Louis encogiéndose de hombros,- No solemos ir a
esos sitios.
Se
sacudió los pantalones y Niall se ofreció a acompañarla. Se alejaron charlando y
Marie se puso de pie también y corrió hacia Carla, dejando a Valeria con Louis.
-Me
acoplo- chilló giñando un ojo. Mientras se sentaba Marta aprovecho para
intentar hacerle cosquillas y ella gritó- ¡Cosquillas no!
Harry
se le acercó por detrás y justo cuando estaba empezando a hablar le calló una
lluvia de cosquillas. La más pequeña del grupo se empezó a reí como una loca.
Se retorcía por el suelo intentando sacarse del agarre del rizoso.
-No
por favor- rogó Marta- No la hagas empezar a reír, como le entre un ataque de
risa no va a parar.
Pero
parecía tarde, a la chica ya le estaban saliendo lágrimas en los ojos. Carla
suspiró echándole una mirada a Zayn, que estaba encendiendo un cigarrillo ¿Por
qué él no se fijaba en ella?
Paula
caminaba en silencio al lado de Niall, él chico parecía absorto en sus
pensamientos, levanto la mirada y la descubrió observándole. Ella se sonrojó.
-¿Qué
piensas?- preguntó la mediana inocentemente.
-En
lo que pasó ayer- dijo el chico- entre nosotros quiero decir.
La
chica le dirigió una mirada fugaz, dando a entender que no sabía de qué
hablaba. ¿Entre ellos? ¿Qué se supone que había hecho mientras estaba borracha?
No se acordaba de nada, y Liam había dicho que después de que él se durmiera
ellos se quedaron despiertos.
-No
te preocupes- dijo Niall con una sonrisa cruzándole la cara.
Entraron
al establecimiento, Paula seguía en las nubes y por poco no se entera cuando la
chica le preguntó que iba a tomar. Cogió un café, seguro que la animaría, también
pidió un cappuccino para Marie porque si no lo hacía estaba segura de que ella
se iba a tomar el suyo. Las cosas flotaban por su mente con total libertad
seguía intrigada sobre lo de anoche, pero Niall no quería hablar de ello.
Marta
estaba flipada, nunca pensó que alguien se pudiera reír tanto, y menos Marie,
vale que tuviera risa fácil y ataques de risa, pero llevaba 5 minutos riéndose
y parecía que había tomado drogas. La gente se giraba a mirarlos, Harry estaba
avergonzado, a fin de cuentas él había provocado que la chica estuviera en tal
estado. A lo lejos divisó a Paula y a Niall, su amiga traía dos cafés y
enarcaba una ceja mientras contemplaba la escena desde lejos, estaba claro que
llamaban mucho la atención.
-Dios
Marie, ¿quieres respirar de una vez, por el amor de Dios?- chilló Harry.
-Tranquilo,
no se va a morir- contestó Valeria- su récord está en 7 minutos riéndose sin
parar.
La
menor de las chicas, empezó a reírse más lentamente, y a respirar, poco a poco
se fue calmando, y dándose cuenta del espectáculo que había armado en medio del
Hyde Park. Se sonrojó, era evidente que había destacado incluso en Londres.
-La
moraleja de todo esto Harry, es que has aprendido que si yo digo “Cosquillas no”
es por algo- dijo indignada.
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